En nuestro querido fútbol, vivimos a diario, los que estamos comprometidos con la cocina de un equipo, situaciones en las que debemos tratar de resolver, escuchar, aconsejar y soportar, en beneficio de una buena convivencia grupal o del aporte a la educación y a la formación de nuestros dirigidos.
Cuando nosotros empezamos a trabajar en una Institución soñamos con poder realizar un trabajo que deje huellas, que el paso del tiempo reconozca la calidad y la cantidad de transformaciones positivas que hayamos podido realizar, que logremos reconocimiento laboral y que podamos conformar al gusto de cada uno de los componentes del Club.
Desde que tengo uso de razón, estoy escuchando que el jugador que más talento tenga, el dotado, el tocado por la varita mágica de la fantasía deportiva, tiene como característica anexa y casi obligada , la poca contracción al trabajo, al sacrificio y al trabajo colectivo.
Cuando los niños comienzan a jugar al fútbol, tiene la fantasía de poder emular a sus ídolos futbolísticos, hoy verdaderos rock stars, promocionados mundialmente y en forma desbordante.